miércoles, 31 de diciembre de 2008

Inexorable reflexión

Siempre, cada año, cuando llega este día, tiendo a reflexionar lo que soy, lo que hago, lo que pienso y sobre todo hacia donde voy.
Siempre, cada año, pienso que debo cambiar, debo mejorar, debo ser mejor persona.
Siempre, cada año, me pregunto por un instante, si alguna vez voy a dejar de pensar eso, siempre, cada año.
Siempre, cada año, me doy cuenta, que 365 días son una buena vara de medir en mi vida; dónde estaba hace una año, dónde estaré dentro de un año.
Siempre, cada año, me respondo... no lo sé. Pero seguro que donde quiera que esté, con quien quiera que esté, me volveré a hacer esa pregunta... puedo mejorar? puedo ser mejor persona? puedo intentarlo?
Siempre, cada año, pienso que lo más importante es llegar a hacerse esas preguntas, que en mi vida hay algo que no funciona bien o que puede mejorar; darse cuenta de esto es el primer paso para conseguirlo, cueste lo que cueste, porque al final, cuando te haces mayor, el tiempo pasa tan deprisa que sólo queda mirar para adelante.
Siempre, cada año, llego a la formidable conclusión que el tiempo pasado no fue mejor, lo que pasa en es que un tiempo pasado sólo éramos más jóvenes.

domingo, 14 de diciembre de 2008

24 horas de dolor en un hombre

Acto 2 Amanece atardece

Deseaba con todas mis fuerzas estar en ese idílico paraje, pero para conseguirlo, primero necesitaba saber dónde estaba, y eso pasaba inexorablemente por abrir los ojos.

Nunca la luz, me había molestado tanto. Recuerdo algún domingo, levantándome tarde, que al abrir los ojos la luz me turbaba los sentidos. Pero era una sensación agradable, una sensación que no se podía comprar con lo que hoy sentía.
El insidioso dolor instalado en mi cabeza parecía viajar de un lado a otro sin un rumbo fijo, la boca me hervía sin descanso y notaba una tremenda irritación desde la garganta a la boca del estómago. Ese fue mi primer análisis, del todo apriorístico y a todas luces insuficiente de mi lamentable estado.

La habitación era tremendamente fría y austera, el mobiliario tosco y viejo, no había un miserable detalle que me hiciera recordar donde estaba. Pero lo preocupante era saber como había llegado allí.

Mi reloj marcaba las cuatro y algo de la tarde, lo encontré porque estaba ceñido a mi muñeca, encontrar otros enseres, se me antojaba harto complicado en esos momentos.
Poco a poco comencé a recordar, sobre todo cuando vi la fecha en el reloj. Se trataba del primer día del año y lo más importante a parte de saber donde estaba era reconstruir mis pensamientos hacia atrás, saber que había pasado para perder la consciencia, cómo había llegado allí y si las voces que estaba escuchando eran conocidas.

El viajero entre las llamas

Maldito calor abrumador,
que no me deja pensar.

Demasiada luz alrededor,
de galope cegador.

El aire que exalo turba aún más el ambiente,
extraño edor que quizás salga de mí.

No hay luz al final de túnel,
si no hay túnel y todo es luz.

Ya pasé antes por aquí,
quizás esté volviendo sobre mis pasos.

Y no hay nadie aquí que pueda ayudarme,
ahora que soy pasto de las llamas.

Ya soy como vosotras,
ya somos.

Sólo me queda una desgarradora espera,
de resbaladizos y bellos movimientos.

Hasta que alguien nuevo ose a entrar
Pero hace tanto calor aquí...

viernes, 12 de diciembre de 2008

Caverna XXI

Cuando teclees cosas en tu ordenador
y viajes a bordo de la información
las luces de la pantalla iluminarán tu habitación
y la rémora del tiempo refrendará su condición.

Caras desconocidas pasan a tu alrededor
viajeros errantes de la degradación
yacen en su hábitat esperando redención
tú serás como ellos, serás como yo.

La plantas emergen de entre la construcción
se aferran a la vida causando estupor
nuestra mente tumefacta no contempla esa opción
es más fácil vivir en el error.

Preso de la facilidad ilusoria
cada mañana te preguntas
si hoy es ayer
nada ha cambiado, siempre es igual.

jueves, 11 de diciembre de 2008

El mito de la patata hervida

Cuentan que hace tiempo, un joven estaba con sus amigos pasándoselo bien y le empezó a entrar sueño. Pensó que podría quedarse más tiempo con sus amigos o que podría irse a casa a descansar. Realmente, cuando nos divertimos y nos entra sueño, nos fastidia un poco, ya que en realidad lo que de verdad queremos es aprovechar el tiempo con los nuestros.
Este chico, tenía algún que otro motivo para querer irse a casa, allí le esperaba una patata hervida que su madre le había preparado horas antes.
Comentó a sus amigos que se marchaba, a lo que ellos le dijeron que por qué, que cual era la razón. Él, relamiéndose dijo que en casa tenía una patata esperándole y que quería comérsela antes de dormir. Su amigos se echaron a reír, obviamente no comprendían lo que "el mito de la patata hervida" atesoraba en su interior.
Finalmente, nuestro amigo se marchó a casa, y como dijo, se comió muy felizmente su patata antes de acostarse.

La grandeza que encierra este mito es inabarcable, es en síntesis el ser feliz de uno mismo.
El mito de la patata hervida exalta la condición de un ser humano humilde, pragmático y austero. La incalculable potencia de un hombre que es capaz de ser feliz comiéndose un patata, la posibilidades infinitas que este hecho lleva adheridas es el todo; a saber, si un hombre puede ser feliz con un concepto tan primitivo, puede serlo con cualquier cosa. No le será difícil disfrutar ante cualquier placer.

Es posible que poca gente comprenda este mito, es más, en la sociedad en la que vivimos casi nadie le prestará atención. Ese es el problema, nuestras metas están demasiado altas y la consecución de la felicidad es cada día más complicada, más cara, más difícil... y además no tenemos tiempo de conseguirla.
Es complejo sentirse identificado con el mito, pero no por ello debemos ignorarlo. Conseguir pequeños placeres es una felicidad continua, que nunca acaba, infinita. Intentemos ser felices con lo mínimo y llegaremos a lo máximo. Piensen en ello, mediten, imagínense degustando una patata hervida, su sabor, su sensación su grandeza.

Lo más curioso de este mito es que es real, que existe un hombre al que conozco que es feliz comiendo patatas hervidas. En ocasiones, las lecciones más importantes de la vida no están escritas, no te las dicta un maestro, están tan cerca que si no prestamos atención puede que pasen desapercibidas ante nuestra galopante ceguera.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Una vuelta de tuerca al aforismo contemporáneo

Al escuchar una y otra vez la misma frase, corremos el riesgo de creer que es así, que es indubitable y por descontando verdadera. No nos paramos a pensar en lo básico, en lo primario de las cosas, en su concepto más primigenio.
De cuando en cuando, es necesario preguntarse los porqués de las cosas; Sócrates lo hacía constantemente, de ahí el "método socrático", que consiste en dejar en evidencia lo que no sabes para que puedas discurrirlo mejor. Aprender es discurrir.

Como digo, hay algunos conceptos que en nuestra sociedad se repiten constantemente, y hemos dejado de pensar en ellos, de meditar sobre sus razones, pongo algunos ejemplos:
Correr es de cobardes; pero no lo es cuando los que te persiguen son también cobardes. Por lo que debemos calcular los beneficios de una huida a tiempo, que puede ser una victoria y una victoria con dolor y sufrimiento sabe mejor, siempre que ésta no sea pírrica...

En ocasiones nos referimos a los trabajadores en régimen de autónomos y decimos que son jefes de sí mismos. Esta afirmación no es del todo correcta, pues cuando uno es autónomo, todos los que potencialmente te puede dar trabajo se convierten en tus jefes, así tienes muchos jefes y no sólo uno. En realidad cuando trabajas por cuenta ajena es cuando verdaderamente trabajas para ti, percibiendo un sueldo íntegro y acabando casi siempre a horas prudentes. No preocupándose uno si la empresa va mal o bien, y si uno se preocupa lo hace de manera ténue.

Se dice que un nómada es el que va de un sitio a otro sin casa, cuando un nómada puede ser perfectamente alguien que ama tanto a las tierras que pisa que nunca se quiere despegar de ellas. Uno puede ser nómada también en su casa, en su pueblo y así infinito.

Un vitalista puede ser un hombre que ame a la vida, no lo discuto, pero también puede ser un hombre que esté acostumbrado a amar sin ninguna pretensión más. Todos amamos a la vida y luchamos por ella desde que nacemos, también lo hacen los animales, lo más probable es que sea por instinto.

Tenemos miedo al cambio, cuando en realidad lo deseamos. Si nos echan del trabajo es malo, o al menos eso es lo que piensa la mayoría de las personas. Realmente es bueno, en primer lugar, cuando nos echan es porque no tenemos que estar ahí, que ya es un motivo de peso; en segundo lugar, seguro que más de una vez hemos deseado dejar ese trabajo y emprender otro rumbo. Como ya he dicho en alguna ocasión eso es un formidable acicate para nuestras vidas.

Cuando España vivió el desfreno inmobiliario todo el mundo hablaba de casas, compro casas, vendo casas, alquilo casas y vendo antes de tener. Pero... realmente nos preguntamos que significa una casa? Sabíamos lo que estábamos haciendo? El tiempo y las ulteriores circunstancias nos dicen que no. No nos paramos a pensar que significa casa y por eso ahora lo estamos pagando.
Lo mismo pasó con lo material. Durante un tiempo dejamos de pensar en lo material y en la necesidad, olvidamos ese binomio inseparable y nos dejamos llevar por la sinrazón. En ocasiones pienso que el precio que estamos pagando todavía no ha llegado a su vértice.

Espero amigo, que el paradigma mostrado sea el suficiente para la moraleja del texto. No olvidemos nunca los conceptos originales, sólo si los tenemos claros y nítidos podremos construir nuestra realidad, nuestra vida, con auténticos y sólidos pilares.

lunes, 24 de noviembre de 2008

El Deseo

Lo más difícil no es conseguir aquello que se desea, lo más difícil es desear algo.

Si hubiera estado en las clases de Guilles Deleuze, me habría despertado con cierto estupor al oír esta frase, o mejor dicho arenga, a modo de axioma universal.

No hay nada más poderoso que una sentencia de este calado, que nos viene a decir que estamos ante una sociedad, que más lejos de conseguir o no sus objetivos, desea cosas que sólo su subjetividad entiende como positivas. No hay nada más errático, que un deseo despegado de tu realidad, de tu día a día.

Siempre he entendido, que marcarse objetivos difíciles, sobre todo si partes de cero, es una tarea agotadora. Mejor marcarse pequeñas metas más o menos fáciles de conseguir, para ir alimentándose uno de su propio ego "autoegoalimentación"; que se obtiene en cada puerto de montaña que logramos escalar.

Creo que a más objetivos lejanos, más rápido se queda uno en el camino y más se decae en el planteamiento de nuevos retos. Una pescadilla que se muerde la cola, en una sartén con abundante aceite. (destino fatal para la pescadilla)

Es como si estás en el primer escalón de una escalera de la que no alcanzas a ver el final; necesitas subir, arriba está el deseo, pero piensas que mejor subir de tres en tres escalones. Como nunca has visto una escalera de este tipo, ni sabes como hacerle frente, te caes en el intento, una y otra vez. Hay unas voces que te dicen que esos golpes te hacen más fuerte, otras que mejor poco a poco. Tú continúas golpeándote, obstinado, pero llega un momento que el dolor es insoportable y tienes que parar. Estás tan herido que tu camino termina aquí.

Nos dice Deleuze: El deseo es conjunto. Deseamos una cosa en su conjunto, no sólo una cosa. El deseo discurre dentro de una disposición, de una concatenación de hechos.

Por ejemplo: deseamos ir a cenar con amigos; ya que eso nos reporta felicidad, ocio, aire fresco, compartir opiniones y muchas cosas más. No sólo deseamos ir a cenar, también deseamos todo el conjunto que ello supone.

Pero cuando deseamos algo, que es erróneo o que está en el mundo de las ideas prácticamente imposibles, comenzamos a construir un conjunto anejo a esa idea también inexacto. Digamos que todo gira alrededor de ese objetivo, y que nuestros movimientos, pensamientos y esfuerzos se canalizan hacia ese lugar. Aunque, desgraciadamente, se pierden por el camino, se nos escapa todo, o casi todo. Pero por qué pasa eso?

La razón es simple, no nos conviene.

Todo objetivo rápido y fácil, es bueno.

Todo objetivo, lento pero posible, es muy bueno.

Todo objetivo, que cuesta un esfuerzo titánico es muy, muy, bueno.

Todo objetivo, que se escapa a nuestra acción es perjudicial.

Lo que realmente encierra este pensamiento de Guilles Deleuze, que comparto a pies juntillas es: Que ya que vamos a desear algo, ya que nos vamos a esforzar, que el resultado sea posible. Que debemos ser muy objetivos en nuestros deseos y poco subjetivos. Que ya que el deseo es un conjunto, debemos analizar todos los elementos que lo componen, ello nos llevará a metas más claras, al camino más corto, a evitar los escollos, a valorar más lo que queremos.

miércoles, 9 de julio de 2008

La complejidad del verbo

La soberanía de España pertenece a un único titular, el pueblo español, considerado como una totalidad, del que emanan los poderes del estado, cuya indisoluble unidad se manifiesta en la Nación Española como realidad tangible, patria común e indivisible de todos los españoles, que se constituye en un estado social y democrático de derecho. Pero, junto a ella, la Constitución Española declara que el estado, uno e indivisible, está integrado por un conjunto de regiones y nacionalidades cuyo derecho a la autonomía se reconoce y se garantiza cristalizándose en la creación de entes públicos territoriales dotados de autonomía política, potestades administrativas, legislativas y gubernamentales, que ejercen dentro del marco de sus competencias, de la Constitución Española, de sus propios estatutos de autonomía sin que puedan implicar privilegios económicos, sociales y con la prohibición de federarse y autodeterminarse.

sábado, 17 de mayo de 2008

Todo fluye, todo cambia.

- Entonces el tiempo comenzó paulatinamente a deformarse, ya no lo percibía como antes, pensé que me estaba haciendo viejo. Mis padres siempre decían que cuando uno va creciendo, adopta otra prespectiva referente al tiempo transcurrido.

- ¿Qué prespectiva?

- Un año transcurrido no es el mismo para un hombre de 19 años que para un hombre de 52. No sé si me entiendes...

- ¿Te refieres a que viven en mundos diferentes?

- Bueno, el mundo es el mismo, geograficamente, pero no las necesidades que ambos hallan en él. El chico de 19 a buen seguro tiene más estímulos que el más mayor. Y así sucesivamente, a medida que crecemos y maduramos, tendemos a perder la necesidad de búsqueda, de confort, y nuestro conformismo crece.

- Por lo tanto, el espacio-tiempo será diferente entre un hombre de 25 años a un anciano de 80 años.

- Evidentemente, por eso te decía que yo perdí perspectiva, pero lo hice muy joven. Eso es lo que me alarmó.
Supongo que tu habrás experimentado una sensación desagradable, que se siente al esperar algo que no llega, es un estirar el tiempo inagotable, un tedio continuo, desazón en uno mismo.

- Creo que sí.

- Pues yo tenía ese sentimiento de espera amarga, ante algo que tenía que venir y no llegaba, pero a la vez el tiempo pasaba ante mi rápidamente. Las estaciones, los años, todo comenzaba a pasar velozmente. Algo rápido y lento a la vez ; digamos que el día lento, el més rápido y un año era un suspiro. Imposible de entender, pero real.

- ¿Y qué es lo que hiciste?

- No fue nada fácil, no creas que todos los días abandona uno su vida, deja todo lo que tanto le costó en un cajón; ese cajón de proyectos a medias, que por primera vez hacia hueco a uno concluso.
Te diría que hay que darle vueltas, pero no se trata de centrifugar la idea. Más bien, uno se deja llevar, igual que lo hacía cuando era niño.

- ¿Hablas del hedonismo?.

- Sí, hablo de eso, en tanto te produzca placer lo que haces, tu nueva meta, tu cambio que te reactive y te ilusione. Yo sentí miedo, es normal, pero sólo lo sentí mientras no estuve decidido completamente al cambio, una vez dado, sólo sentí placer.
Yo estaba prácticamente muerto, recuerdo que andaba por la calle como alma en pena, dando golpes a una lata con las manos en los bolsillos, notaba como algo hueco en mi interior, un vacío, me veía como un errabundo.
Había que hacer algo, estar en esta situación no ayudaba a nadie, ni mucho menos a mi.

-Pero... todo cambia cosntántemente... nada es inmutable.

-Exacto querido amigo, como dijo Heráclito, nunca te puedes bañar dos veces en el mismo río, porque ni el río es el mismo ni tú tampoco.
Si todo cambia y todo fluye ¿por qué nos resistimos a cambiar?
¿Que tal si aprovechamos el movimiento para movernos?
Aunque hacía tiempo que estaba cambiando, me di cuenta, que todos los cambios que había intentado hacer anteriormente eran falsos, porque no lograba salir de círculo trazado. Cambiaba dentro de el, pero sin salir de él. Y realmente, uno puede estar toda la vida así, sin darse cuenta. Percibir ese circulo que nos oprime, conocer su circunferencia, hallar su salida y atreverse a tomarla, es un ejercicio de habilidad y gallardía.

- ¿Puedes explicarme como se hace?

- ¿Ves ese banco de ahí?

- Sí.

- Sentémonos.

viernes, 11 de abril de 2008

La belleza transeúnte

Cuando te vi llegar desde lejos, supe en ese preciso momento que serías para mi. Tu impresionante figura, perfectamente trazada, que se enfocaba más y más a cada paso, rozaba la perfección ante mis ojos. Tu andar solitario y convergente y tu mirada al horizonte, dejaba entrever los no pocos pensamientos que tramabas; irradiando seguridad, emancipación, destino. Todo lo que una persona insegura como yo necesitaba y todo lo que estaba dispuesto a tomar.
Primero pues, me enamoré de tu personalidad, tan vívida, tan fuerte, tan misteriosa, aún incognoscible para mí, presentía nuestro devenir feliz, que al fin y al cabo, es lo que único que anhelo.
Seguías acercándote, ya podía ver tu cara limpia y pura. Dejé de imaginar y pasé a contemplarte, se dispararon sentimientos nerviosos, la química comenzaba a actuar, te tenía tan cerca que podía notarte, olerte, escucharte... Pude admirar tu forma de vestir, tan moderna y comedida a la vez, tu formas que se me antojaron esculturales, todo en ti era bello. Estabas a centímetros de mí, cara a cara, y comprobé que todo era perfecto, todo cuanto imaginé, y puede entender la certeza del caprichoso destino que nos había puesto a los dos aquí y ahora, para siempre.
Entonces construí en mi pensamiento la imagen de nuestros cuerpos enredados, cediéndonos amor continuo, haciendo de rincones abismos, de silencios secretos, de miradas deseos. Imaginé toda una vida, la inmensidad en segundos, lo pensé todo, lo abarqué contigo...
Tu brazo sobre mi brazo, ese tenue golpe, me devolvió al camino, me trajo de vuelta de mi abstracción.
Perdón, me dijiste, para descubrir entonces lo mas hermoso que hasta ahora mis ojos habían contemplado, tu sonrisa, albor de la mañana, luz incesante, sinceridad y deseo. Pero fue tan efímera, que apenas me dio tiempo de asimilarla.
Entonces decidiste marcharte, sin previo aviso. ¿Quizás un castigo a mi estupefacción contemplativa?
Ocurrió todo tan rápido, que no puede articular palabra alguna, ya que un dolor que comenzaba en la boca del estomago comenzó propagándose rápidamente por mi pecho hasta desembocar en mi garganta... nos tocamos, hablamos, nos miramos, te desee, te quise... Pero me abandonaste, tal como viniste, te fuiste, silenciosa, dándome la espalda, sin decir siquiera adiós.
Cruel despedida, seca y tosca, impropia de una relación como la nuestra.
Era tanto lo que habíamos pasado, que me resistía a pensar que solo otro azar del destino nos volvería a unir. Aguante hasta el final, estoicamente en la quietud del camino, quería ver como desaparecías, quería ver que no había nadie mas entre tú y yo, sólo el destino, sólo el tiempo, sólo la eternidad, sólo las horas que cuento hasta que vuelva a verte... tal vez mañana, tal vez nunca. Belleza transeúnte, vuelve pronto.

viernes, 4 de abril de 2008

SIDA

En la actualidad, todavía existen algunas preguntas que me inquietan y que me hacen meditar y aún persisten grandes dudas que flotan en al aire de la controversia de esta enfermedad.
SIDA, acrónimo de síndrome de inmuno deficiencia adquirida, aparece por primera vez, alrededor de 1960 en el corazón de África, más concretamente en el Congo. El comienzo de la pandemia ya es en si una contradicción, por aquel entonces, un grupo de médicos e investigadores encabezados por "Hillary Podolsky", hallaron en tierras congoleñas, en un laboratorio construido expresamente para el efecto, la vacuna de la Polio, la cual, no dudaron en inocular a los lugareños; que más tarde, fueron los primeros humanos en desarrollar SIDA. El extremo no confirmado todavía es si para la vacuna, se utilizó una solución de hígados de chimpancé infectados con el antecesor no humano del virus. Un virus que ha convivido con los simios desde siempre.

Los primeros casos de SIDA en población no africana, se dieron en California en el año 1979, el "Intituto Pasteur" de París logró aislar al virus, que en realidad es un retrovirus que actúa sobre el patrimonio genético de la célula.

"Rod Hudson", "Magic Johnson", "Freddy Mercury", fueron en cuestión de 10 años, una llamada de alerta a la población mundial diciendo que el SIDA no era una enfermedad exclusiva de drogadictos y hemofílicos como se creía. De hecho, estaba afectando a toda la sociedad por igual, sana o enferma, con o sin hábitos sexuales, ya que durante los primeros años 80 se realizaron miles de transfusiones de sangre sin control específico de este nuevo virus.

La información fue tema capital durante la siguiente década de los noventa, también lo fue la solidaridad de las masas, se dieron en macroconciertos al efecto y otras multitudinarias iniciativas plausibles. En lo referente a la ilustración del tema, los gobiernos intentaron informar a la población, de todas clases y edades de los los riesgos y consecuencias del SIDA, se vieron los primeros anuncios protagonizados por gente famosa y se pusieron de moda los trípticos con diversa información, sobre todo de métodos preventivos. Aunque todas estas ganas de solidaridad y prevención contrastaban con las posturas de las altas esferas eclesiásticas, una vez más se taparon los ojos antes un problema que ya había dejado de ser incipiente y se había instalado en todas las capas de la sociedad. Incluso llegó a manifestar que el preservativo tenía un índice de porosidad suficiente como para que el virus lo traspase, escudándose en el riesgo mínimo que el uso del condón conlleva.

Una de las preguntas que no dejo de hacerme constantemente es porqué una vez que la población asimila las causas y consecuencias de la enfermedad y posee la valiosa información, "la prevención es tu único aliado", el SIDA continua haciendo su trecho.

El problema mayor del SIDA es el VIH, o lo que es lo mismo, el virus de inmunodeficiencia adquirida. Es como digo, el mayor problema al que se enfrenta la comunidad de investigadores y la propia OMS (organización mundial de la salud), el VIH y su periodo de incubación, que oscila entre 1 y 10 años, en los cuales no hay síntomas, de modo que se tienen los anticuerpos, pero no se desarrolla la enfermedad. En algunos casos se dan leves procesos febriles a los pocos días de haber sido expuesto al virus, pero que pasan desapercibidos.
Este factor, la incubación, es devastador, ya que el infectado es un agente transmisor en potencia ya que posee el virus pero no es conocedor de la información, es más, cree que está sano y de hecho lo está, aunque sea portador.

Analizado el primer motivo del porqué el SIDA continúa, el segundo no es en ningún caso, nada desdeñable. Me refiero a la práctica de relaciones sexuales sin preservativo o el intercambio de fluidos (sangre, semen, mucosa vaginal...) y las demás formas ya conocidas.
Centrándonos en la práctica de relaciones, ya sean homosexuales o heterosexuales, en muy pocos casos se piensa que la pareja de uno puede estar infectada. De la misma manera que uno no piensa que va a morir cuando se monta en un coche o se levanta para ir a trabajar, aunque tenga posibilidades de que esto suceda.
Quiero decir: ¿Qué sabemos de la vida sexual de nuestra pareja esporádica? ¿Que control tenemos en nuestras relaciones efímeras? ¿Que nivel de confianza se le otorga a una persona a la que acabamos de conocer? ¿Dónde o con quién estuvo ayer?
Adherido a este concepto, está en la sociedad Española la desastrosa idea de la píldora abortiva como método anticonceptivo, uno de los errores más tremendos que se toman como opción al preservativo. Aparte de ser una auténtica bomba de hormonas perjudicial para la mujer.
La píldora abortiva es un directo síntoma de que se ha practicado sexo sin protección, dejando a un lado los casos de rotura de preservativo, en el que incluímos el porcentaje bajísimo que antes aludíamos.
En síntesis, si se sigue despachando la píldora abortiva sin control, se debe informar a la población de manera taxativa de los riesgos que conlleva su uso como opción anticonceptiva, más bien la píldora debe ser una última ratio. No hablo en ningún caso de prohibirla, hablo de informar.
Del mismo modo que se recetan las famosas "anti-baby", se debe recomendar a la futuras usuarias, que si van a dar un paso más en sus relaciones y van a dejar de usar el preservativo, deben cercionarse de alguna manera de que no hay riesgo de contagio, ya que este no se generará nunca entre parejas sanas.

Evitar el contagio, es la única arma de la que disponemos, pero también la información y el diagnóstico precoz, este es relativamente barato en clínicas de análisis privadas, donde se asegura una máxima discreción. Esta prueba que recibe el nombre de "Elisa" se realiza a los tres meses de la exposición y se suele repetir a los 6 meses si el primer resultado fue negativo.

Muchas veces se usa la frase "si crees que has estado en peligro hazte la prueba", aunque se debería decir sin paliativos: "Si tuviste relaciones sin protección estás en peligro".

España es uno de los paises occidentales con mayor incidencia de la enfermedad, desde el inicio de la epidemia en 1981 se han documentado 73.977 casos sólo de VIH.

viernes, 28 de marzo de 2008

éxodo a las minas de plomo

¡Niño, tira pa' Linares! Alcanzaba a oír, entre llantos y balbuceos, entre gritos y ademanes, agazapado en el resquicio de la puerta, intentando inútilmente estirar el final.
El trabajo en la mina, no era la imagen idealizada de adolescente que mi mente había creado, aunque el plomo extraído fuera para construir el Escorial, que apenas sabía donde estaba. Nunca entendí nuestro éxodo familiar, la ciudad únicamente nos proporcionó más responsabilidades y penurias, encontrar allí la felicidad era más costoso que en nuestro idílico Beas de Segura. Del que al cerrar los ojos, recuerdos del blanco de sus calles pueden deslumbrarte.

miércoles, 19 de marzo de 2008

sin parar de huir, sin parar de pensar

Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido. Apenas pensaba, solo corría, hasta quedar sin aliento. Mirar atrás no era una opción. La tierra comenzó a quebrarse, vaciló, mas sin lugar para ese sentimiento, debía concentrarse en la velocidad. Su corazón latía tan fuerte, que en todo su cuerpo retumbaban las pulsaciones, se asustó. Nunca una huida fue tan necesaria, esa idea reactivaba sus extremidades, que ya por inercia seguían batiéndose sin cesar. Pensó, que alguien que huye una vez, pasa su vida huyendo.
Esta era la primera, pero tanto su conciencia como él, sabían que no sería la última.

jueves, 13 de marzo de 2008

Las canciones ligadas a recuerdos

En nuestro yo interior existen miles de recuerdos que permanecen activos, esperando una señal para salir, para volver a florecer. Algunos se encuentran ligados a algo, bien sea a una canción, un momento determinado del pasado, una voz, olor...etc.

Hace unos días, escuche "These boots were made for walking",(estas botas están hechas para camiar), de Nancy Sinatra. Mientras la escuchaba se puso en funcionamiento la máquina de generar recuerdos que tenemos en nuestra cabeza.
Para mí, no es una canción especial, quiero decir que no entra en mis favoritas, es una canción más, pero que obviamente está ligada a una impresionante película de Stanley Kubrick"Full metal jacket", (La chaqueta metálica).

No deja de ser curioso como un recuerdo almacenado en mi cerebro, durante más de diez años, volvió de repente al escuchar esta canción. Y no fue precisamente, recordar escenas de la película, si no algo más personal.

Antes de seguir, debemos preguntarnos el porqué una canción en inglés, que la mayoría de castellanoparlantes no entiende, nos puede llegar a emocionar y transmitir sentimientos. El músico Santiago Auserón tiene la respuesta: "Primero por la fascinación que produce algo que viene de otro continente, de otra etnia, y además que la canción es un producto eléctrico, que escuchamos mediante altavoces, que transmiten esa electricidad".

Entonces es lógico pensar, que nuestro cerebro, que también funciona por impulsos eléctricos, procese esa canción y la anexione a un recuerdo, que permanezca siempre en el subconsciente. Según afirma Freud, todos los recuerdos del pasado se guardan muy dentro de nosotros.
En mi recuerdo, que había estado oculto durante una década, la canción antes mencionada tenía todo el sentido del mundo. Fue la causa del mismo.Trataré de ser breve...

En el año 1997 yo cumplía el servicio militar en Burgos, cada tres meses entraba un nuevo reemplazo, a los nuevos de manera despectiva se les llamaba "bichales". Antaño, se preparaban bromas pesadas a su recibimiento, pero esta costumbre había caído en desuso con el paso del tiempo.
No obstante, cuando mi remplazo llegó al cuartel, hubieron recibimientos hostiles y no fue precisamente una plácida noche.
La costumbre te obligaba a hacer algo a los nuevos, lo que fuese. Pero nosotros acordamos no hacer nada y optamos por ser respetuosos.
Durante la primera noche no pasó nada, quizás algún grito, "¡pos nos queda !", y poco más. Justo antes de dormir pensé en hacer alguna cosa, algo que no fuese humillante, algo que tuviese gracia a ojos de todos y no hiriese ninguna sensibilidad.

Me desperté 5 minutos antes del toque de "Diana" y cogí mi radiocassette, pensé que lo mejor sería que la primera mañana se despertaran con música, algo sugerente, con un leve toque amenazante y que de alguna manera sirviera a la sazón de bienvenida. A estas alturas, ya saben que canción escogí.

La verdad es que no causó efecto alguno entre los nuevos, imagino que andarían preocupados en otras cosas más importantes, o simplemente no relacionaban el sentido de la canción o no habían visto la película.
De hecho, al día siguiente uno de los nuevos dijo: Hoy no ha habido música para despertarnos...

A mí me sigue pareciendo una "broma" sutil y con estilo. De hecho cuando ese recuerdo volvió, me lo continuó pareciendo.

¿Por qué ha vuelto ahora, si he escuchado esa canción decenas de veces en estos años?
¿Es que ahora mi cerebro está más libre que nunca?
¿O quizás es que está más alborotado que nunca?

También puede ser, que otras ideas le hayan dejado paso. Si es así, espero que las que están abajo no sean importantes.

martes, 4 de marzo de 2008

La construcción de un imperio

Si echamos la vista atrás, sin duda alguna, la revolución más importante en el ser humano es la mejora en su calidad de vida, sobre todo en el hemisferio norte y occidente. De forma más contemporánea, en la mitad del siglo XX, la forma de amasar dinero cambió radicalmente, y las nuevas teorías se imponían, el taylorismo y el fordismo eran la moda. El trabajo en cadena, eliminar eslabones inútiles y bajar los costes de producción.
Se pasó en poco tiempo, del trabajo en casa, a las industrias de la periferia, de la agricultura de subsistencia, a los obreros de la fundición.
Estos cambios, fueron en gran medida desgarradores y la sociedad avanzó más deprisa que nunca en su historia.
Las grandes empresas nacían, los imperios se creaban, era algo nuevo, inusitado, excitante...

Durante la gran depresión en los EEUU (1930) un padre de familia cualquiera, perdió su puesto de trabajo en Nueva Inglaterra, sus hijos Dick y Mac, recién graduados en secundaria, era ávidos buscadores de empleo, pero se dieron de bruces con la agónica situación laboral que sufrían los americanos.

Se trasladaron al estado de California, como lo hicieron otros muchos, aunque solo encontraron empleos que no daban para vivir.

A pesar de la depresión, un tipo de empresa muy peculiar, estaba tomando cuerpo, eran los "take away" para coches, ya que los Californianos que poseían automóviles, no se bajaban de ellos en todo el día.

Dick y Mac, poseían un pequeño puesto de "hot dogs" en el extrarradio de Los Ángeles. Como buenos emprendedores, no dejaron pasar la oportunidad de construir algo parecido al fenómeno del que eran testigos.

En tres años abrieron cerca del desierto un enorme restaurante de gigantescas ventanas, en las que se podía ver cómo se cocinaban los perritos desde el exterior. Hermosas y jóvenes camareras servían la comida a los conductores, fue el principio de un imperio, al restaurante lo llamaron "Mc Donald's".

El negocio prosperaba, pero los hermanos querían más y las teorías de Henry Ford flotaban en el aire como un suave perfume, los hermanos no dejaban de embriagarse de él.

Decidieron cerrar el negocio y abrirlo con un nuevo aire más "fordista" , para empezar, la reducción del menú: hamburguesas, patatas y batidos solamente. De esta manera, no necesitarían cocineros de experiencia, ya que cualquiera podría estar en la cadena de montaje y de esta manera bajar los costes de producción a mínimos.
Las hamburguesas se elaborarían con estricta uniformidad, de esta manera, las prepararían con tiempo de antelación.
Otro avance importante, es que una vez recogido el producto ya no se tenía que volver al restaurante, los envases eran de cartón (hay quien comenta que también las hamburguesas), y las deslumbrantes camareras ya no estaban, los pedidos se hacían en una ventanilla.

Todo ello dio como resultado un menú que costaba el 50% menos que los competidores. Fue increíble, todo el mundo quería ir a McDonald's, incluso otros restauradores, montaron sus propias concesiones en otros lugares de EEUU.

Un buen día apareció un acaudalado empresario, visitó a los hermanos y les compró los derechos del negocio. Fue entonces, cuando la maquina despegó. Korc, que así se llamaba, poseía una ingeniería, dónde se descubrió como sacar toda la carne de los bueyes, que utilizaban para la comida y aprendieron congelarla con nitrógeno líquido. Llegó a un acuerdo con una de las manufactureras más importante del país para que se hicieran cargo de las patatas y así sus trabajadores no tendrían que pelarlas.

Korc no dudó en renegociar con los hermanos una de las cláusulas de los derechos de venta, y asumió toda la compañía. En sólo tres años, norteamérica estaba poblada por 228 McDonald's.
La globalización se encargó del resto, la cadena se expandió por el mundo, incluida Asia.

En 1971, los primeros en recibir al gigante fueron los Japoneses, que lo esperaban con gran expectación y en 1990 en Rusia y China que aguardaban la apertura con ganas de probar esa comida típicamente yanqui.

En la actualidad McDonald's da de comer a 150.000 personas al día. Una cifra inquietante, pero real.

En algunos libros de nutrición, se recomienda consumir este tipo de comida, una vez al mes, ya que aporta grandes cantidades de calorias.
También es cierto, que desde que un sector de la sociedad decidió luchar encontra de este tipo de gastronomía, la información nutricional del menú, se encuentra muchísimo más al alcance del usuario que lo estaba antes.

Creo que todo el mundo que conozco, ha comido alguna vez en este tipo de restaurantes, aunque hay algunos que sostienen que nunca lo han pisado, me temo que mienten.

viernes, 29 de febrero de 2008

Yo sólo

La vida en el siglo XXI es efervescente, exigente, llena de quehaceres y relaciones. Somos valorados en la medida de con quien nos rodeamos, quienes son nuestras amistades y hacia donde vamos.
Somos entes que se relacionan, trabajan y procrean, aunque no necesariamente hacemos las tres cosas, pero todas ellas juegan un papel importante en nuestras vidas, y por las tres seremos valorados, juzgados, odiados o queridos.

Las relaciones entre los seres humanos, son peculiares, y miles de personas nos hablan de conducta, educación, amabilidad, amistad, amor, respeto... para con el prójimo. Eso está muy bien, es perfecto y no encuentro nada que objetar.

Pero desde hace tiempo, ya nadie habla de la soledad... primero porque la gente la relaciona con algo malo., de hecho la sola palabra soledad, hace que nos recorra un escalofrío. (es curioso como hay palabras que están unidas a sentimientos)
En segundo lugar, la soledad se relaciona con tristeza, desamparo, pena y dolor., por último, asociamos la soledad con personas hurañas.

Entendemos pues que, la soledad que no se desea trae aparejada la desazón y tristeza, y la que se busca y encuentra, genera animadversión ante los juzgadores.
Entonces... ¿el sentido de la soledad es siempre negativo?
No, vivimos atrapados en una gran red llena de tópicos errados.

La soledad, en ocasiones, es un sentimiento que nace dentro de nosotros mismos, se hace necesario, por múltiples factores y estoy convencido que no debemos reprimir esta emoción.
Algunas veces, cuando estamos rodeados de gente que nos habla continuamente, nuestro cerebro se agota y necesita escapar, otras veces, simplemente es un deseo que viene tras un período de saturación.
Si lo censuramos, sólo por el qué dirán, será una mala decisión. Ya que un persona, que es capaz de enfrentarse ante sí misma y salir victoriosa, tiene un terreno fértil a su paso.

El momento de recogimiento personal que deriva de la soledad, o de estar sólo, (a modo de eufemismo) se convierte en un cara a cara con nosotros, una experiencia de la que nadie podrá enseñarte ni aconsejarte, donde no vale la madurez y donde únicamente se rinde cuentas ante uno mismo.
La desnudez extrema, los secretos guardados en el interior y el ulterior, nuestras penas, miserias y bajezas. todo sale a relucir, cuando nos autojuzgamos.

Quizás, algunas personas, se pueden evaluar, mientras consumen un cigarro, otras durante una noche y otras necesitarán toda una vida.
Pero todas ellas, han decidido estar solas, aunque fuese por un momento, para poner las cosas en orden y actuar en consecuencia.

Por tanto, creo que la soledad es buena, necesaria, respetable y porqué no... vital.

Hay quien dice, que no está demás, dedicarse veinte minutos al día para preguntarse, hacia donde va... ¿Lo habéis hecho alguna vez?... es fantástico lo que se puede llegar uno a responder.

viernes, 22 de febrero de 2008

somero análisis de la sociedad actual

Cuando nuestros antepasados descubrieron el fuego hace 400.000 años, hallaron algo más que un principio flamígero, pusieron en marcha una serie de procesos desencadenantes de la vida en familia, las costumbres, el diálogo, la compañía... posiblemente al calor de la fogata.
Se dio uno de esos pasos de gigante en la historia de la humanidad.

Sabemos que las relaciones entre los seres humanos, han mejorado con el paso del tiempo, asistimos a una época donde está de moda el respeto, la educación, los valores, la ética (con excepciones) y se condena de forma unánime la violencia, las guerras, el machismo y en definitiva, cualquier acto que menoscabe los derechos y libertades inherentes al ser humano.

Asistimos, no sin estupefacción, a un período de globalización irreversible, iniciado con el fin de la guerra fría, la hegemonía de EEUU y el deseo de una justicia igualitaria entre sociedades.
Y por si fuera poco, quién más y quién menos anda inquieto ante el manido "cambio climático".

La sociedad del siglo XXI es tremendamente exigente, llena de cánones, reglas, conductas, y de jurisprudencia social.
Vivimos constantemente al acecho de tabues y del qué dirán. Queremos vivir mejor que nuestro vecino y tener mejor calidad de vida constantemente.
Esta sociedad consumista/devoradora, nos alecciona para que nunca sea bastante, a deglutir en lugar de comer, a dormir menos y disfrutar más, y además, nos distorsiona nuestra realidad objetiva.

Uno de los problemas graves, es la falsa sensación de felicidad y libertad adherida al materialismo y mercantilismo. Compre usted un todoterreno y será libre, compre una chalé con piscina privada y salón de té y será feliz, compre este "mp3" cien euros más caro y será usted el mejor de todos.
Sin olvidar el periodo vacacional, el inexcusable hábito de "des-co-nec-tar", pero no en playa o monte autóctono, sino cuanto más lejos mejor. Si es menester pedir un crédito para ir a un lejano confín ¡lo pedimos tú!, ¡que para eso trabajamos!.
Somos capaces de poner en marcha la paradoja de: comprar televisores de 6.000 euros para ver películas bajadas de internet, llenas de píxeles, ¡que se ven mal!.
Durante los últimos 10 años, hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades, y eso, como no, tiene un precio.

No debemos dejar de un lado, la aceleración a la que nos vemos sometidos día a día. Cada vez hay más cosas que hacer, pero menos tiempo para desarrollarlas. Lo que resulta una nefasta combinación, pues acabamos haciendo mal todo lo que nos proponemos y seguimos teniendo esa sensación de agobio.
Una de las cosas que más me alarma, es esta corriente contemporánea que se basa en la ley del mínimo esfuerzo en el trabajo. Esa famosa frase: Yo lo único que quiero, es que toque el pito y me voy a casa.
Craso error, como indica el catedrático de Psiquiatría Enrique Rojas: Haz de tu trabajo, una obra de arte...
Pero claro, ¡de cualquier trabajo!, no es necesario ser Pablo Picasso.
Está completamente demostrado que, un hombre feliz en su trabajo es un hombre feliz, ya que el trabajo forma un pilar básico en nuestro desarrollo personal.
De igual modo que el trabajo en nuestra sociedad actual, hace las veces de válvula de escape, también acaba impregnando nuestra forma de ser.

Sintetizando, diría que todo gira al intento de querer ser mejores, pero a costa de los demás, a saber, haciendo ostentación de lo obtenido y siendo cada día menos humildes. No quiero decir que todos seamos así, lo mejor es darse cuenta de que uno no quiere ser así.
Nos hemos pasado de estación... la solución no es llegar al final del trayecto y coger el tren de vuelta, sino bajarse en la siguiente parada.

Podríamos seguir con las características de nuestra sociedad, pero no creo que deba extenderme más, lo único que pretendo es estimular el pensamiento del ávido lector, ante esta realidad. Unos minutos de meditación, que seguro no molestarán. A no ser que tengas la solución a uno de estos problemas que te planteo.
Si es ese el caso, debes ponerte manos a la obra ipso facto.

viernes, 15 de febrero de 2008

Mi lucha

Dicen que el mejor momento de las cosas es cuando todavía no han pasado, posiblemente estemos ante un axioma universal, ¿qué es lo pasa cuando alcanzamos el zenit?
Inmediatamente alegría, claro está, pero después...
Una vez hallamos nuestro objetivo, la lucha termina irremediablemente, nuestro cuerpo está cansado y necesita reposo, como el  guerrero tras la contienda. Pero el asueto no debe ser prolongado, pues más rápido se acostumbra uno a la zozobra que a la brega. 
Rápidamente localizaremos otro objetivo y trazaremos los detalles de nuestro próximo plan.

Pero el  hombre es holgazán por naturaleza, desde recién nacido le dan lo que necesita, le cubren cuando arrecia el frío y le alimentan varias veces al día. Y esto pasa cada vez durante más tiempo, convirtiéndolo en un ser talludo, alejado del mundo beligerante, que es el real.
La falta de estímulos han mermado sus instintos, cual gato viejo, al que toda la vida le han puesto la comida en su bol, ya no cazará ratones, a lo sumo, jugará con ellos.
Debemos evitar esta conversión, que sólo nos traerá miserias y bajezas, y la consecuente distorsión de la realidad, deformada por las dádivas y la benevolencia que hemos recibido desde niños.

La lucha por un objetivo, es una de las cosas más grandes que un ser humano puede emprender, notar como poco a poco converge hacia su zenit es una experiencia enriquecedora y llena de satisfacción. 
La lucha nos mantendrá en tensión, vívidos y preparados para el porvenir. Cuando dejemos de luchar estaremos muertos... 
Aunque moriremos de todas formas, eso es cierto, pero si la muerte asoma, que nos encuentre librando la que será, nuestra penúltima batalla. Y que mejor honra para un difunto, que se le recuerde como un luchador con alardes de bizarría, que tanto la victoria como la derrota le hacían más fuerte.

Brian Tracy en su libro "Máxima eficacia"  apunta una gran reflexión: Si sigo así, ¿dónde estaré dentro de un año? 

viernes, 8 de febrero de 2008

El menoscabo del perdón

Imaginemos que nuestra vida es como una gran pared que se alza vertical.
Nosotros hacemos las veces de obrero, poniendo con cuidado las piedras que irán formándola.
Desde nuestra infancia, hasta la llegada de la madurez, fueron nuestros padres los que nos echaban una mano en la construcción de lo que entonces era una simple tapia. Pero sus sólidos cimientos, la convirtieron en un auténtico muro de contención.

Una vez llegados a la emancipación personal, somos cada uno de nosotros, los que edificamos nuestra propia pared, cometiendo numerosos errores, pero también encajando piezas a la perfección, nuestra obra será nuestro legado, que nos dejamos a nosotros mismos.

Las rocas suministradas, son las experiencias que tenemos a lo largo de nuestra vida, algunas son recias, validas para soportar el peso de la enorme construcción.
Pero, en ocasiones, alguien nos lanza una piedra hueca, como hecha de cal.

Unos de los problemas que nos encontramos en esta labor, es la imposibilidad de volver atrás para enmendar un error, el tiempo pasa ante nosotros, pero jamás retrocederá. No tendremos otra oportunidad de recolocar esa piedra, que hace juego, que no encaja.
Esa pieza es un residuo que queda para siempre... es el perdón, el acto de perdonar una ofensa.

Cuando perdonamos una acción que hemos sufrido nosotros, aunque el indulto sea verdadero, el menoscabo producido es un residuo que se alojará en alguna parte de nuestra pared. Con el peligro inherente que conlleva...desmoronamiento.
Ya que, aún habiendo eximido de culpa al prójimo, siempre recordamos en nuestro foro interno, la acción que contra nosotros sucedió. A saber, el perdón difícilmente puede ser verdadero cuando nos ataca de lleno en algunos de nuestros puntos débiles, cuando eso ocurre, aunque intentemos olvidar, ese germen puede florecer en cualquier momento.

Sin embargo, la capacidad de perdonar, es exclusiva de la raza humana y necesaria para alcanzar la etapa de madurez psíquica, que no llegará si vivimos sólo de las buenas intenciones.
Nuestra pared necesita pruebas, para saber si es sólida.

viernes, 1 de febrero de 2008

24 horas de dolor en un hombre

acto 1 vigilia

Me encontraba apunto de despertar, lo presentía, escuchaba voces que venían de lejos, que alboreaban en el ambiente. No alcanzaba a entender su significado, pero las presentía humanas... parecían felices...
Una incipiente punzada, comenzaba a instalarse bajo mi cuero cabelludo, atravesaba la maraña en la que mi cerebro se había convertido y a su paso solo dejaba inflamación.
Ya casi podía abrir los ojos, al menos, tenía conciencia de que potencialmente podía hacerlo, aunque llegar al acto sería inútil, ya que una luz cegadora me esperaba, una destello que invadía el habitáculo donde se hallaba mi cuerpo, una refulgencia tan fuerte, que se intuía con los parpados cerrados.
Comenzaba a ensamblar pensamientos, los primeros fueron, de un nauseabundo sentimiento de repugnancia hacia mi mismo. Pues comencé a comprender mi enfermizo estado.
Ante la absoluta sequedad de mi boca, comencé a segregar saliba, que era inútil ante tanta aridez. Mi lengua se quedó unos segundos pegada al paladar. Pensé en agua, clara y limpia, fría y abundante, pensé en un río recién nacido, me vi allí, en el macizo, bebiendo ese líquido de Dioses, tremenda esquisitez para mi sentidos...
Deseaba con todas mis fuerzas estar en ese idílico paraje, pero para conseguirlo, primero necesitaba saber dónde estaba, y eso pasaba inexorablemente por abrir los ojos.

viernes, 25 de enero de 2008

las ideas perdidas

Siempre he pensado, que el ser humano, tiene infinitas capacidades para computar datos, retener información, y en ocasiones, recordar momentos extraños. Algunos, no se guardan conexión, otros están ligados de manera intrínseca a un tacto, olor o sabor.
De todos esos recuerdos almacenados, algunos con el tiempo se fragmentarán y se nos mostrarán lejanos e incoloros, como un vago recuerdo de un tiempo que fue. Inexorablemente un día caerán en el abismo de las ideas muertas, serán sólo recuerdo del recuerdo.
¿Se pierden realmente?... o quizás fluyen inmersas en un vetusto magma del que es imposible escapar.
Quizás, una de ellas, esa idea especial, que durante tanto tiempo nos guió, se halle en el tumultuoso y agónico océano de las ideas perdidas, sucumbiendo al horrible calor, que intenta desintegrarlas para siempre.
En un último momento, antes de expirar, cuando sólo le quedaba un último aliento, se fajó de las llamas y se encaramó hacia el fulgor de un salto titánico. Su propia fuerza inherente le propulsó hacia el lugar ideal, de dónde nunca tuvo que salir.
Al llegar a la vasta meseta de las ideas fértiles y jóvenes se mostró exultante, con ganas de mostrar su ímpetu otrora obtenida.
Lo que ella no sabía, es que su paso por el olvido incandescente la había cercenado de manera abominable. Y que en el tiempo que ella se ausentó, otras ocuparon su lugar, eficaces y vigorosas.
No quedaba sitio para una ajada idea como ella, que aunque es su lucha supo mantenerse impertérrita, quedaba condenada al pasto de las llamas.

viernes, 18 de enero de 2008

Cada noche lo cuerpos ardían en una hoguera de propósitos inciertos, inflamados en palabras, como brazos que se agitan. La seguridad ilusoria del presente se desvanecía, huyendo de relojes de cifra incompresible. Ni casa ni tierra.
El viaje es un vaivén del miedo a la alegría, de la insensatez a un extraño conocimiento, ajeno, sin límites. Tan pronto el pasado hacía girar sus amenazas cual palo de ciego sobre nuestras cabezas, como la oscura presencia de un ser futuro presionaba en nuestro interior con dedos negros, real como el espacio que no podremos abarcar jamás.
El viaje es una guerra que no acabó en su día.
Ciudades que lo ojos no retuvieron al pasar y pese a todo dejaron una huella secreta e imborrable. Campos ardiendo a ambos lados de la carretera. Rostros entre llamas, desconocidos o familiares, haciendo señas a la pasión. Como fotografías, recuerdos ya de lo que no aún no ha sucedido. Las fotos son fuego también para los ojos, con esa fijeza enrarecida.
La música será más fiel que las palabras cuando no esconda palabras nunca dichas. La música es la alquimia de los cuerpos.
Al fuego pues las fotos. Y los cuerpos, al fuego, que fertiliza las tierras áridas y espinosas. Los hijos de la pasión crecerán con un estigma imborrable en la frente. ¿Pero quién reconocerá el rostro del que regresa de un país en llamas, para dar vida al orden que aprendió en el caos?

Texto extraído del lp "de un país en llamas" Radio Futura 1985