miércoles, 19 de marzo de 2008

sin parar de huir, sin parar de pensar

Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido. Apenas pensaba, solo corría, hasta quedar sin aliento. Mirar atrás no era una opción. La tierra comenzó a quebrarse, vaciló, mas sin lugar para ese sentimiento, debía concentrarse en la velocidad. Su corazón latía tan fuerte, que en todo su cuerpo retumbaban las pulsaciones, se asustó. Nunca una huida fue tan necesaria, esa idea reactivaba sus extremidades, que ya por inercia seguían batiéndose sin cesar. Pensó, que alguien que huye una vez, pasa su vida huyendo.
Esta era la primera, pero tanto su conciencia como él, sabían que no sería la última.

3 comentarios:

Cristian dijo...

No huyas. No te quedes. Sal.
Un abrazo de tu amigo.

Anónimo dijo...

hoy estoy puñetero.
texto sin comas:

Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido. Apenas pensaba, solo corría, hasta quedar sin aliento. Mirar atrás no era una opción. La tierra comenzó a quebrarse, vaciló, mas sin lugar para ese sentimiento, debía concentrarse en la velocidad. Su corazón latía tan fuerte que en todo su cuerpo retumbaban las pulsaciones; se asustó. Nunca una huida fue tan necesaria. Esa idea reactivaba sus extremidades que ya por inercia seguían batiéndose sin cesar. Pensó que alguien que huye una vez pasa su vida huyendo.
Esta era la primera, pero tanto su conciencia como él sabían que no sería la última.

óscar parra dijo...

Hola anónimo, exactamente no entiendo qué intentas decir. ¿Puedes explicarte mejor?