martes, 4 de marzo de 2008

La construcción de un imperio

Si echamos la vista atrás, sin duda alguna, la revolución más importante en el ser humano es la mejora en su calidad de vida, sobre todo en el hemisferio norte y occidente. De forma más contemporánea, en la mitad del siglo XX, la forma de amasar dinero cambió radicalmente, y las nuevas teorías se imponían, el taylorismo y el fordismo eran la moda. El trabajo en cadena, eliminar eslabones inútiles y bajar los costes de producción.
Se pasó en poco tiempo, del trabajo en casa, a las industrias de la periferia, de la agricultura de subsistencia, a los obreros de la fundición.
Estos cambios, fueron en gran medida desgarradores y la sociedad avanzó más deprisa que nunca en su historia.
Las grandes empresas nacían, los imperios se creaban, era algo nuevo, inusitado, excitante...

Durante la gran depresión en los EEUU (1930) un padre de familia cualquiera, perdió su puesto de trabajo en Nueva Inglaterra, sus hijos Dick y Mac, recién graduados en secundaria, era ávidos buscadores de empleo, pero se dieron de bruces con la agónica situación laboral que sufrían los americanos.

Se trasladaron al estado de California, como lo hicieron otros muchos, aunque solo encontraron empleos que no daban para vivir.

A pesar de la depresión, un tipo de empresa muy peculiar, estaba tomando cuerpo, eran los "take away" para coches, ya que los Californianos que poseían automóviles, no se bajaban de ellos en todo el día.

Dick y Mac, poseían un pequeño puesto de "hot dogs" en el extrarradio de Los Ángeles. Como buenos emprendedores, no dejaron pasar la oportunidad de construir algo parecido al fenómeno del que eran testigos.

En tres años abrieron cerca del desierto un enorme restaurante de gigantescas ventanas, en las que se podía ver cómo se cocinaban los perritos desde el exterior. Hermosas y jóvenes camareras servían la comida a los conductores, fue el principio de un imperio, al restaurante lo llamaron "Mc Donald's".

El negocio prosperaba, pero los hermanos querían más y las teorías de Henry Ford flotaban en el aire como un suave perfume, los hermanos no dejaban de embriagarse de él.

Decidieron cerrar el negocio y abrirlo con un nuevo aire más "fordista" , para empezar, la reducción del menú: hamburguesas, patatas y batidos solamente. De esta manera, no necesitarían cocineros de experiencia, ya que cualquiera podría estar en la cadena de montaje y de esta manera bajar los costes de producción a mínimos.
Las hamburguesas se elaborarían con estricta uniformidad, de esta manera, las prepararían con tiempo de antelación.
Otro avance importante, es que una vez recogido el producto ya no se tenía que volver al restaurante, los envases eran de cartón (hay quien comenta que también las hamburguesas), y las deslumbrantes camareras ya no estaban, los pedidos se hacían en una ventanilla.

Todo ello dio como resultado un menú que costaba el 50% menos que los competidores. Fue increíble, todo el mundo quería ir a McDonald's, incluso otros restauradores, montaron sus propias concesiones en otros lugares de EEUU.

Un buen día apareció un acaudalado empresario, visitó a los hermanos y les compró los derechos del negocio. Fue entonces, cuando la maquina despegó. Korc, que así se llamaba, poseía una ingeniería, dónde se descubrió como sacar toda la carne de los bueyes, que utilizaban para la comida y aprendieron congelarla con nitrógeno líquido. Llegó a un acuerdo con una de las manufactureras más importante del país para que se hicieran cargo de las patatas y así sus trabajadores no tendrían que pelarlas.

Korc no dudó en renegociar con los hermanos una de las cláusulas de los derechos de venta, y asumió toda la compañía. En sólo tres años, norteamérica estaba poblada por 228 McDonald's.
La globalización se encargó del resto, la cadena se expandió por el mundo, incluida Asia.

En 1971, los primeros en recibir al gigante fueron los Japoneses, que lo esperaban con gran expectación y en 1990 en Rusia y China que aguardaban la apertura con ganas de probar esa comida típicamente yanqui.

En la actualidad McDonald's da de comer a 150.000 personas al día. Una cifra inquietante, pero real.

En algunos libros de nutrición, se recomienda consumir este tipo de comida, una vez al mes, ya que aporta grandes cantidades de calorias.
También es cierto, que desde que un sector de la sociedad decidió luchar encontra de este tipo de gastronomía, la información nutricional del menú, se encuentra muchísimo más al alcance del usuario que lo estaba antes.

Creo que todo el mundo que conozco, ha comido alguna vez en este tipo de restaurantes, aunque hay algunos que sostienen que nunca lo han pisado, me temo que mienten.

3 comentarios:

Sergi T. dijo...

Cada vez que leo tu blog es una nueva sorpresa, amigo Óscar.

Anónimo dijo...

yo conozco a algunas personas que no han pisdo nunca un mc donald's, y no sólo viejos, tambien gente de tu edad. Esta información es completamente fiable, creeme.

óscar parra dijo...

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños, mis padres nos llevaban de vez en cuando a un "megacentro" comercial en Valencia. Fascinados por las luces, lo colores, la gente. Era todo tan grande y excitante que incluso antes de llegar, ya te dolía la tripa de nervios.
Siempre acabábamos cenando en McDonald's, pues lo pedíamos insistentemente.
Anhelábamos un menú "happy meal", pero no sabíamos que en realidad nos estábamos "Mcdonalizando".
Eximo de culpa a mis padres, cocineros de profesión, que siempre intentaron llevarme por el buen camino.