viernes, 22 de febrero de 2008

somero análisis de la sociedad actual

Cuando nuestros antepasados descubrieron el fuego hace 400.000 años, hallaron algo más que un principio flamígero, pusieron en marcha una serie de procesos desencadenantes de la vida en familia, las costumbres, el diálogo, la compañía... posiblemente al calor de la fogata.
Se dio uno de esos pasos de gigante en la historia de la humanidad.

Sabemos que las relaciones entre los seres humanos, han mejorado con el paso del tiempo, asistimos a una época donde está de moda el respeto, la educación, los valores, la ética (con excepciones) y se condena de forma unánime la violencia, las guerras, el machismo y en definitiva, cualquier acto que menoscabe los derechos y libertades inherentes al ser humano.

Asistimos, no sin estupefacción, a un período de globalización irreversible, iniciado con el fin de la guerra fría, la hegemonía de EEUU y el deseo de una justicia igualitaria entre sociedades.
Y por si fuera poco, quién más y quién menos anda inquieto ante el manido "cambio climático".

La sociedad del siglo XXI es tremendamente exigente, llena de cánones, reglas, conductas, y de jurisprudencia social.
Vivimos constantemente al acecho de tabues y del qué dirán. Queremos vivir mejor que nuestro vecino y tener mejor calidad de vida constantemente.
Esta sociedad consumista/devoradora, nos alecciona para que nunca sea bastante, a deglutir en lugar de comer, a dormir menos y disfrutar más, y además, nos distorsiona nuestra realidad objetiva.

Uno de los problemas graves, es la falsa sensación de felicidad y libertad adherida al materialismo y mercantilismo. Compre usted un todoterreno y será libre, compre una chalé con piscina privada y salón de té y será feliz, compre este "mp3" cien euros más caro y será usted el mejor de todos.
Sin olvidar el periodo vacacional, el inexcusable hábito de "des-co-nec-tar", pero no en playa o monte autóctono, sino cuanto más lejos mejor. Si es menester pedir un crédito para ir a un lejano confín ¡lo pedimos tú!, ¡que para eso trabajamos!.
Somos capaces de poner en marcha la paradoja de: comprar televisores de 6.000 euros para ver películas bajadas de internet, llenas de píxeles, ¡que se ven mal!.
Durante los últimos 10 años, hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades, y eso, como no, tiene un precio.

No debemos dejar de un lado, la aceleración a la que nos vemos sometidos día a día. Cada vez hay más cosas que hacer, pero menos tiempo para desarrollarlas. Lo que resulta una nefasta combinación, pues acabamos haciendo mal todo lo que nos proponemos y seguimos teniendo esa sensación de agobio.
Una de las cosas que más me alarma, es esta corriente contemporánea que se basa en la ley del mínimo esfuerzo en el trabajo. Esa famosa frase: Yo lo único que quiero, es que toque el pito y me voy a casa.
Craso error, como indica el catedrático de Psiquiatría Enrique Rojas: Haz de tu trabajo, una obra de arte...
Pero claro, ¡de cualquier trabajo!, no es necesario ser Pablo Picasso.
Está completamente demostrado que, un hombre feliz en su trabajo es un hombre feliz, ya que el trabajo forma un pilar básico en nuestro desarrollo personal.
De igual modo que el trabajo en nuestra sociedad actual, hace las veces de válvula de escape, también acaba impregnando nuestra forma de ser.

Sintetizando, diría que todo gira al intento de querer ser mejores, pero a costa de los demás, a saber, haciendo ostentación de lo obtenido y siendo cada día menos humildes. No quiero decir que todos seamos así, lo mejor es darse cuenta de que uno no quiere ser así.
Nos hemos pasado de estación... la solución no es llegar al final del trayecto y coger el tren de vuelta, sino bajarse en la siguiente parada.

Podríamos seguir con las características de nuestra sociedad, pero no creo que deba extenderme más, lo único que pretendo es estimular el pensamiento del ávido lector, ante esta realidad. Unos minutos de meditación, que seguro no molestarán. A no ser que tengas la solución a uno de estos problemas que te planteo.
Si es ese el caso, debes ponerte manos a la obra ipso facto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido contigo, estimado Óscar.
Me permito citar a Barón Rojo porque viene muy a cuento de tu artículo:
"Este mundo es un campo de concentración, pero recuerda que aún es posible la evasión"
Recuerda: La mentira en la que vivimos sólo se convierte en realidad si te la crees.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

"Cada vez hay más cosas que hacer, pero menos tiempo para desarrollarlas. Lo que resulta una nefasta combinación, pues acabamos haciendo mal todo lo que nos proponemos y seguimos teniendo esa sensación de agobio."
Joder, como me siento identificado con esta puta frase. Que asco.

JEFE —¿Qué coño haces todavía con eso? No quiero una puta obra de arte, quiero que termines tu trabajo. Ya!
EMPLEADO —Ni el trabajo, ni la vida, merecen la pena si no se ha de actuar como uno cree que se ha de actuar. Esto es: hacer las cosas bien.
JEFE —¡¡Me cago en la puta madre que me parió!! ¿Que habré hecho yo para tener un hijo tan soberbio y gilipollas? Mira chaval, tú mundo de ideales estará muy bien para perseguirlo, pero de momento el mundo real es éste, y si no lo asumes -o sea que trabajas rápido y bien pero sin memeces- te vas a la puta calle y te haces filosofo, o chapero, o lo que te de la gana, pero no estés aquí dando por culo.
EMPLEADO —Yo...
JEFE —No me contestes que te ahostio! (mientras se aleja) No puedo más.

TONI PITARCH dijo...

"La sociedad del siglo XXI es tremendamente exigible"...
Supose que voldries dir "exigente" i, per suposat, t'ho dic de bon rotllo, perquè escriure no és fàcil i menys encara fer-ho directament a un blog...
Però, encara que a caminar s'aprén fent camí (Machado diu que no n'hi ha camí), a escriure no s'aprén mai, simplement se pot anar millorant amb la pràctica i això és el que fem tots els bloggers. Jo no conec cap escriptor/a perfecte/a... Si la teua intenció també és aquesta, te felicite.

óscar parra dijo...

Toni: Per descomptat, estic intentat millorar sempre, però no sols amb l'escriptura, també en tot el que faig en la vida.
Gràcies per l'apreciació de l'error, tinc grans problemes amb les correccions dels meus textes, no en puc concentrar en llegir-los una vegada els done per conclosos.